Elpequeño burro tenía toda la razón: soportar esa carga era imposible para él. El caballo, en cambio, avanzaba a su lado ligero como una pluma y sintiendo la perfumada brisa de primavera peinando su crin. Se sentía tan dichoso, le invadía una sensación de libertad tan grande, que ni se paró a pensar en el sufrimiento de su colega.
Laestoyviendo, me la huelo, la oigo venir dando pasitos cortos, dubitativos y cargada de mala leche. Es la intención, la idea de cómo va a ser el desenlace de Elsíndrome de la zanahoria. Todos hemos visto más de una vez la imagen del burro detrás de la zanahoria, esa zanahoria que lleva de forma perenne delante y que le hace seguir en marcha. Yo cada vez que veo esa imagen siento pena por el burro que no se da cuenta de que jamás atrapará la zanahoria. ¿Cómo es posible que no se dé . 343 76 490 41 207 1 68 249